Fue
desarrollado por Alfred Vail mientras
colaboraba en 1830 con Samuel Morse en la invención del telégrafo eléctrico. Vail
creó un método según el cual cada letra o número era transmitido de forma
individual con un código consistente en rayas y puntos, es decir, señales
telegráficas que se diferencian en el tiempo de duración de la señal activa. La
duración del punto es la mínima posible. Una raya tiene una duración de
aproximadamente tres veces la del punto. Entre cada par de símbolos de una misma letra existe una
ausencia de señal con duración aproximada a la de un punto. Entre las letras de
una misma palabra, la ausencia es de aproximadamente tres puntos. Para la
separación de palabras transmitidas el tiempo es de
aproximadamente tres veces el de la raya. Morse reconoció la idoneidad de este
sistema y lo patentó junto con el telégrafo
eléctrico. Fue conocido como American Morse Code y fue utilizado en la primera
transmisión por telégrafo.
En sus comienzos, el alfabeto Morse se empleó en las
líneas telegráficas mediante los tendidos de cable que
se fueron instalando. Más tarde, se utilizó también en las transmisiones por radio,
sobre todo en el mar y en el aire,
hasta que surgieron las emisoras y los receptores de radiodifusión mediante
voz.
En la actualidad, el alfabeto Morse tiene aplicación casi
exclusiva en el ámbito de los radioaficionados y Scouts, y aunque fue
exigido frecuentemente su conocimiento para la obtención de la licencia de
radioperador aficionado hasta el año 2005, posteriormente, los organismos que
conceden esa licencia en todos los países están invitados a dispensar del
examen de telegrafía a los candidatos.
También se utiliza en la aviación instrumental para
sintonizar las estaciones VOR, ILS y NDB. En las cartas de
navegación está indicada la frecuencia junto con una señal Morse que sirve,
mediante radio,
para confirmar que ha sido sintonizada correctamente.
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